Escritos y publicaciones

 

Cástaras en los libros

 

Un lugar malditamente situado:

Cástaras en las notas de un naturalista ilustrado

Como había sucedido años atrás con Antonio José de Cabanilles y el reino de Valencia, Simón de Rojas Clemente y Rubio (1777-1827), tras sugerencia propia, recibió en 1803 encargo de la Corona para elaborar una Historia Natural del Reino de Granada.

Con tan importante misión, el joven naturalista de Titaguas emprendió el viaje el cinco de marzo de 1804 desde Sanlucar de Barrameda, recorriendo en los dos meses y medio siguientes las costas sur atlántica y mediterránea hasta Motril, desde donde viajó a Granada el 13 de junio de 1804.

Retrato de Simón de Rojas Clemente y Rubio publicado en la edición de 1870 de su obra Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía.

Durante el resto del año y más de la primera mitad de 1805 recorrió Sierra Nevada y la parte oriental del Reino de Granada acompañado por su criado Miguel Esteban, visitando la mayoría de los pueblos situados en el levante de la actual provincia de Granada y en la práctica totalidad de la provincia de Almería. Estudió, midió, dibujó y anotó sus observaciones en hojas que formarían un diario. Entre los logros destacables de este viaje científico están la nivelación de Sierra Nevada, desde el Mulhacén hasta las playas de Castell de Ferro, pasando por la cumbre de la sierra de Lújar, hazaña sin parangón hasta la fecha, realizada en dos etapas de dieciocho y diez días respectivamente, con instrumental escaso e inadecuado y tan solo con la ayuda de dos mozos.

El viaje, durante el cualen palabras del propio Simón de Rojas se logró «echar en Andalucía los cimientos de la Botánica geográfica, que aún no tiene otro país de Europa, mientras el célebre Barón de Humboltd, con más medios y conocimientos que yo abarcaba en grande la del Nuevo Mundo», quedó interrumpido al ser reclamado el naturalista ilustrado en julio de 1805 para encargarse de la Biblioteca del Real Jardín Botánico de Madrid, y no sería reanudado hasta cuatro años más tarde, en plena Guerra de la Independencia, con un itinerario por la Serranía de Ronda que puso fin al periplo científico encargado cinco años atrás por Godoy a través de Pedro Ceballos en nombre de Carlos IV.

La proyectada Historia Natural del Reino de Granada no llegó a realizarse nunca, pero todas las notas tomadas por Simón de Rojas Clemente durante sus recorridos se conservan en la Biblioteca del Real Jardín Botánico de Madrid, convenientemente ordenadas y encuadernadas en ocho tomos en cuarto y dos en folio, foliados y paginados por el propio naturalista. En 2002 fueron editadas por Antonio Gil Albarracín, bajo el título Viaje a Andalucía, en un tomo de 1.247 páginas entre las que se encuentran reproducciones de los dibujos realizados por el propio naturalista.

Cástaras en las notas de Simón de Rojas Clemente

Antes de regresar a Madrid para ocupar su nuevo puesto de bibliotecario, Simón de Rojas Clemente desarrolló su quinto y último periplo por Sierra Nevada. Salió de Quéntar el 12 de septiembre de 1805 pasando dos noches en la sierra y llegando a Trevélez el 14. Continuó el 17 hacia hacia Pórtugos, que todavía llamaban Portubus, Tímar el 21, Cádiar el 22, Ugíjar el 23 y tras ascender por Mecina Bombarón donde paró el 24, atravesó la sierra por el puerto del Rejón, llegando a Granada el 27 de septiembre de 1805, después de pasar por Lanteira y hacer noche en Jérez del Marquesado. Cuando recorría el camino de Pórtugos a Tímar, donde pararía antes de continuar hacia Cádiar, pasó por Cástaras el 21 de septiembre. Según dejó anotado en las páginas del diario, el pueblo le pareció un lugar «malditamente situado» o en situación «mucho más hórrida» que la de Tímar o Nieles.

A continuación hemos extractado algunas notas del diario de Simón de Rojas que consideramos de interés por su relación con Cástaras y alrededores y el texto completo correspondiente al día 21 de septiembre de 1805, indicando las fechas, folios originales y páginas de la edición de Gil Albarracín.

 

Cástaras y alrededores en la Historia Natural del Reino de Granada

 

 

 

 

13 de septiembre de 1805.

T. V, ff. 150, 151-157v.

 

[Mención a la Acequia Real, p. 690, párrafo, 2º]

El gran Barranco de Trevélez debe compararse con el de Poqueira, los mayores de este lado de la Sierra. El primero tiene las Lomas que lo encajonan pendientes y enraizadas, de menos cultivo por lo mismo, aunque con bastantes encinas y algún raro quegigo, igualmente altas o poco menos, pero su cauce más permeable y así lo costea mucho el camino y lo atraviesa por varios puentes y hay algún cultivo junto a él; no corren por sus lados las altas acequias que por los de Poqueira y tan sólo una tan alta que riega con el sobrante de agua dejado por los de Trevélez a los Pueblos de Cástaras y Nieles y otras pequeñitas y de poco curso con que se riegan los centenos y los frutos que alternan con ellos” (p. 690).

 

 

T. V, ff. 158-163v.

 

USO

[Mención y explicación de las sartas colgadas de medias cañas que se ven en las carnicerías, tabernas y tiendas, método contable que llegamos a conocer ciento cincuenta años más tarde.]

No corre nada el dinero en la Alpujarra: todo se fía y se paga luego en frutos, quedando, a veces sin ninguno para el que esto ha cogido [...]

Las uvas traídas de Cástaras, Torvizcón, etc. se venden en Trevélez a cuarto la libra [...] (p. 692).

 

 

Extracto del libro de población de Trevélez. [inicio en p. 693]

[...]

Alinda Trevélez con Pórtugos en el Cerro de Tijara Alvín, que quiere decir Piedras Blancas; con Busquístar con una umbría de un monte que llaman Ojacalao, que quiere decir el Nido de Águilas; con Cástaras con un manchón de encinas que llaman Botara Camara; con los Bérchules, con Jeres del Cenete.[86] (p. 694).

 

 

En 1602 se les prorrogó [a los vecinos de La Alpujarra] por otros diez años la franqueza de Alcabalas y se les dio licencia por diez años para que pudiese cubrir el garañón las yeguas, todo con la condición que dentro de tres años plantasen cada suerte de morales, olivos y vides que tocaren a cada lugar de esta forma:

[...] en cada suerte del lugar de Cástaras 10 morales e 500 vides; [...] (p. 695).

 

 

17 de septiembre de 1805

T. V, ff. 164-175.

 

17 de septiembre de Trevélez a Portubus

[...]

En este viaje he visto lo que llaman Loma de Almegíjar no es más que la grande que encajona por el Este al Río de Trevélez, la cual, después de correr hacia el Sur, como el Río y la de Trevélez, tuerce fuertemente hacia el Oeste para rematar bruscamente donde el Río se junta con el de Poqueira, elevándose cerca de su fin. [...] Se veía la Contraviesa desde su unión con la Sierra de Lújar, en la que se rebaja algo 103 hasta el Cerrajón de Murtas [...](p. 696).

 

 

Los de Cádiar y Torvizcón tienen muy poblada de viñas su parte de Contraviesa, los de Cástaras tienen pocas en la parte que les toca.(p.697).

 

 

21 DE SEPTIEMBRE DE 1805

T. V. ff. 175v- 178

 

336 21 DE SEPTIEMBRE

Esta tarde ha habido tormenta que ha descargado con truenos arriba matado con un rayo en Bérchul a un hombre y una yunta.

El jamón de estos Pueblos es todavía muy bueno.

DE PORTUBUS A TIMAR

Después de bajar a Busquístar en menos de media hora y de Busquístar (donde se ven ya olivos) al Río en menos de ¼, se pasa éste por un puente y se sube la Escaleruela en media hora muy corta; puestos así en lo alto (después de haber observado mal la estratificación que en esta parte de la Loma parece tiene los bancos levantados o con el ángulo agudo mirando hacia Poniente) sobre la launa y luego sobre el calizo se llega pisando de uno a otro a Cástaras ½ en h hora. Así es larga la legua de Pórtubus a Cástaras por el mal camino, cual no lo sería de ningún modo (sino cortísima) por vía recta.

Luego que desde lo alto se va siguiendo la ladera para Cástaras se encuentra un barranquito y pasado éste, en medio de un gran pago de viñas, la soberbia Casa de Villalta, vecino de Cástaras. Como el S.O. de ésta se ve sobre la Loma y un barranco a Notáez y más a Poniente a Almégijar.

Cástaras está, luego que se pasa un barranco, sobre unos peñascos que amenazan caer repartido en tres o cuatro grupos malditamente situado. Antes de llegar a él se veía formar bella cascada 337 el agua que se desprende por tajos calizos traída para su riego y el de Nieles por una acequia que toma el agua de sobre Trevélez, en el Río de éste. Por Cástaras y Pueblos que siguen se ven almeces que entrelazan las vides.

De Cástaras a Nieles media hora y otro tanto, todo mal camino, de Nieles a Tímar. Antes de entrar en Nieles se cruza un barranco que se junta abajo con otro que se pasa antes de entrar en Tímar[117]. Este otro que tiene Tímar a su Este[118] vienen de más alto que los citados hasta aquí y todos arrancan de la Loma de Trevélez, que cortan por este lado.

Jubiles está en la misma Loma que Tímar, sobre él, entre los dos mismos barrancos. Una acequia que tomaba el agua del derretimiento de la misma nieve hasta en sus ventisqueros perpetuos (hecha unos 50 años ha para regar a Jubiles, Tímar y Lobras) se ha abandonado porque en el tiempo en que más se necesitaba no llegaba ya el agua a los Pueblos; los de Trevélez aprovechan para el riego de sus centenos la parte alta de esta acequia.

Bérchul, si tuvieran derecho a ella, podrían componerla y hacer uso de ella para los centenos.

La situación de Cástaras (tendrá 150 vecinos), de Nieles (tiene 120 vecinos) y de Tímar es muy semejante, aunque mucho más hórrida la de la primera.

338 GEOGNOSIA

Desde antes de Cástaras a Tímar casi todo es calizo, pues asoma rara vez la launa (que debajo de ella es casi lo único y en la Contraviesa hay bastante) con la que terran sus casas no usando tejas.

La Sierra de la Contraviesa se separa de este lado de la Loma de Trevélez por el cauce estrecho del Río de Cádiar (que muchos años deja de llevar agua en verano en su unión con el de Trevélez, por quitársela para el riego casi toda en Cádiar mismo y en Narila); separación violenta, pues la roca y aspecto de la Contraviesa y de la caída de la Loma al Río de Cádiar son los mismos enteramente.

ESTIÉRCOL

También en estos Pueblos se estima mucho el estiércol que vale de real y ½ a 2 reales la carga mular, para aumentar el cual echan a pudrir en pedazos la paja de centeno (que trillan por ser poca) el helecho (Pteris) y mucha manzanilla (Gnaphalium stoechas), que lo hacen muy bueno, y otras hierbas, además de la caña de maíz.

Estas tierras ligeras no rinden sino a fuerza de estiércol y agua, pues no embeben ésta por lo pendientes. Así se dan aquí para que las estercolen, poniendo nabos como en Pórtubus. Se dejan de coger por la falta de estiércol y agua dobles cosechas cada año en mucha parte de la Vega.

Así porque quede estercolada la tierra para la cosecha de trigo suele cederse a otro con la de me 339 lones o verduras que el que la toma le pone y coge. También suele cederse para trigo a medias o a partirse por mitad la cosecha, poniendo el amo la tierra y la semilla y el otro el estiércol y las labores.

Después del estiércol puro de ovejas, es el mejor el rul, como llaman al excremento y hoja podrida que dejan los gusanos de la seda en los zarzos[119].

VIDUENOS

Tienen en estos Pueblos un vidueño en parras que llaman datilillos, nada diverso, creo, de la teta de vaca de Titaguas; tienen otro en parras que llaman revientatinajas, el mismo, parece, que el San Jerónimo de Titaguas y el mismo o muy parecido que el Fernán de Sanlúcar.

El Jaén es un vidueño común de vino (con algo de vigiriego) de hollejo menos grueso que el de Titaguas y que, tal vez, nada difiere del de Sanlúcar. Sus vinos son endebles, hechos sin artificio, muy expuestos a avinagrarse, no salen en barco y se hacen aguardiente los más de ellos.

PLANTAS

Las plantas comunes desde lo alto de la escaleruela a Tímar son: Santolina, retama, juagarzo blanco, otros cistos, aulaga[120], Euphorbia characias, crujía, ajedrea, Dianthus superbus, Malvácea de Turón, romero, Coriaria, in humidis (se vio ya el Nerium y la pita), cornicabra, zuzón[121], que mata a las ovejas si lo comen mucho y, a veces, a las cabras cuanto está tierno.

Phlomis 340 del Ángel, Artemisia alba y campestris, mucho Gnaphalium stoechas, algo de la Campanula ¿velutina? de Málaga.

La Fumaria de las rocas, Chlora, Bupleurum fruticosum, in humidis.

Aquella aparasolada que creo llaman buen varón en el Reino de Sevilla y cito en varias partes del de Granada se llama en Cástaras cañavera, donde la vi con fruto todo comido de insectos y no sazonado, como me ha sucedido ogaño con el de otras muchas plantas, inclinándome esto a creer que el año en que grana bien el trigo es malo para la granazón de muchas plantas.

SIMAS DE MECINA

En Mecina de Buen Varón es singular lo de las once simas, que son once sitios (sobre algunos de los çuales siembran centeno) en que se hunde el agua para brotar luego en fuentes a ¼ y media legua de distancia de ellas, con cuyas fuentes riegan.

Conocido y usado esto desde tiempo inmemorial, llevan por acequia a los once sitios cuatro días de la semana desde Marzo hasta fines de Junio el agua del Río de Berchul. Este año la han metido en ellas hasta la Virgen de Agosto, como hicieran siempre si llegara, pues se consume antes en la misma acequia.

En Narila labran poco, así pasan con su trato de albarcas, alpargates tomados de Guadix y Granada, chocolate [sic]. Recogen el retal para hacer papel que llevan a Alcoy los Valencianos, comprado al 5 reales la arroba, la que venden allá a 36 reales.

En Yegen se hacen colchas de que venden 341 alguna, casi todo por encargo; las hacen buenas hasa el precio de 400 reales.

GEOGRAFÍA. PUNTOS MAGNÉTICOS RESPECTO DE TIMAR

Lobras al Sur, con 25 grados al Oeste.

Cádiar al Sur, con 57 grados al Este.

Mecina de Tedel al Sur, con 35 grados al Este.

Murtas al Sur, con 30 al Este; su Cerrajón al Sur, con 26 al Este.

Cortijo de Don Juan Martín Cardona, en la Loma del Aire, en la Contraviesa, al Sur con 30 grados al Oeste.

Nieles al Sur, con 67 grados al Oeste.

Cástaras, un poquito más al Oeste.

Jubiles al Norte, con 34 al Oeste.

El Cerro de la Salchicha al Oeste, con 40 grados al Sur.

Lobras está de Tímar a ¼ de hora, vía recta, mirando al Río de Cádiar, sobre la loma que corre por el Este del barranco que corre por el Este de Tímar.

Cádiar de Tímar una hora y menos, vía recta.

Mecina de Tedel dos horas o menos, vía recta.

Murtas dos horas largas; su Cerrajón otro tanto.

Nieles un cuarto de hora.

Cástaras más de media hora.

Jubiles poco mas de ¼ de hora.

El Cortijo dicho de mi Patrón media hora, vía recta.

El Cerro de Salchicha dista tres horas del Cerrajón de Murtas a lo derecho, que es lo que el primero dista de Tímar.

(pp. 704-706)

 

 

 


[86] Por la sierra de la Mesoruca, que quiere decir donde la hurtaron.

...

[117] Con el agua de éste riega Jubiles.

[118] El agua de éste pertenece a Jubiles la mitad y la otra mitad a Tímar y Lobres. Pasándolo al salir de Tímar vi en él su calizo, que descansa sobre launa, recostándose en gruesos bancos contra el cuerpo de la Loma y mirando su ángulo agudo al Norte, luego cuando se depositó este calizo existía ya el vacío que separa la Contraviesa de la Nevada, profundizando más después.

[119] Se hacen éstos de caña y carrizo. El rul es preferible al estiércol puro de cabras.

[120] No es el Ulex europaeus, sino spartium, planta muy común en el Reino, donde lo es mucho menos el Ulex europaeus. Se siembra en todos estos Pueblos cañivano y alonso, el primero en las vegas más bien (su paja es inferior a la del alonso) pues aunque se siegue zorollo para contener la alheña no importa; al alonso le hacen menos daño los pájaros porque tiene el grano más encerrado y la raspa más negra, más fuerte y más larga. El alonso hace el pan correoso, el cañivano blanco, especialmente si se deja pasar algo, quedando tan resquebrajadizo como el maíz.

[121] Senecio rosmarinifolius, no lo comen las bestias y poco los demás animales.

 

Clemente y Rubio, Simón de Rojas. Viaje a Andalucía. Historia Natural del Reino de Granada (1804-1809), edición, transcripción, estudio e índices de Antonio Gil Albarracín. Almería: G.B.G., 2002, pp. citadas entre paréntesis en el texto.

 

Entre las impresiones anotadas por Simón de Rojas Clemente merece notarse la mención a la «soberbia Casa de Villalta», es decir la Casería de Mercado, que debió construirse pocos años antes de que el botánico pasara por allí y cuya naciente pujanza llamó su atención hasta el punto de considerarla merecedora de una apostilla en sus notas.

Igualmente interesantes son los dos escuetos comentarios sobre la Acequia Real de Cástaras. Quizás lo sea más la noticia de la construcción y posterior abandono de la acequia de Juviles, más tarde recuperada, circunstancias bastante desconocidas en la actualidad. También relacionados con el uso del agua son llamativos los detalles sobre la ancestral técnica de careo, aunque sorprenda que se citen las simas de Mecina Bombarón en la ruta de Pórtugos a Tímar.

Lámina 33 de la obra Voyage botanique dans le midi de l'Espagne pendant l'année 1837 de Pierre Edmond Boissier, representado a la Lavatera oblogifolia o malva de las Alpujarras, seguramente la misma planta citada treinta años antes como malvácea de Turón por Simón de Rojas Clemente en las anotaciones de su recorrido por las cercanías de Cástaras.

Otro aspecto a señalar es que en 1805 el concejo de Cástaras seguía lindando con el de Trevélez, como cuando ambos fueron apeados por el juez Ronquillo en 1574.

Autentico especialista en la vid, Simon de Rojas nos explica cómo la mayor parte de la producción vitivinícola de Cástaras era destinada a la destilación, pues los vinos que se producían no eran aptos para la exportación por su inestabilidad, escasa calidad, y por no ser apreciados en otras regiones. De hecho, la destilación fue para Cástaras una importante fuente de riqueza durante todo el siglo XIX, llegando a contar con cinco alambiques fijos y varios portátiles, que cargados a lomos de mulos recorrían La Alpujarra baja extrayendo alcohol al aire libre por calles y plazas.

El botánico valenciano observó en los alrededores de Cástaras una planta a la que llama «malvácea de Turón», denominación que no aparece en otras publicaciones de la época ni posteriores. Debe tratarse de la malva de las Alpujarras, planta endémica de la zona denominada Lavatera oblongifolia Boiss desde que fuera catalogada y descrita, tres décadas más tarde, por el botánico suizo Pierre Edmond Boissier —que también recorrió la provincia de Granada estudiando su flora y al pasar por Cástaras quedó asombrado por el abruto tránsito que se observa allí, desde un medio y flora casi glaciares hasta vegetacion y paisaje de carácter africano—. De esta joya botánica se encuentran escasos especímenes en grupos aislados asentados en suelos calcáreos entre la Venta del Relleno y Cástaras, donde seguramente sería observada por Clemente y Rubio.

Finalmente comentar el «rul», curioso nombre que no hemos encontrado por ningún otro sitio, que se daba al estiércol producido por los gusanos de seda, cuya calidad coloca Simon de Rojas inmediatamente detrás del producido por las ovejas, y que debía utilizarse bastante en el siglo XIX, cuando la producción de seda de la comarca alpujarreña era todavía considerable.

 

 

 

 

 

 

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Fecha de publicación:

20-6-2011

Última revisión:

19-08-2023