Redactada por Eduardo Castro Maldonado, el destacado escritor y periodista motrileño nacido en Torrenueva en 1948, con la colaboración de Antonio Díaz López y fotografías de José Garrido, se publicó en 1992 por la Caja General de Ahorros de Granada, y en 1995 por Sierra Nevada 95 en Monachil.
Este es el extenso párrafo dedicado a Cástaras (reparar en que alguna información ofrecida está obsoleta):
«Algo más adelante del anterior desvío, a la altura de la Venta del Relleno, nos encontramos con una nueva bifurcación, cuyo ramal de la izquierda atraviesa las antiguas minas del Conjuro y empalma con la carretera de la Alpujarra alta entre Juviles y Trevélez, mientras que el ramal de la derecha conduce, bordeando la Loma del Castaño, hasta la hermosa Cástaras, sin duda una de las localidades más sorprendentes y bonitas de toda la comarca, al tiempo que una de las más castigadas en la década de los 70 por la falta de puestos de trabajo y la emigración. Hasta tal punto llegó a ser preocupante en un momento dado su situación de abandono que no dudamos en hacer un llamamiento en la prensa local67 para evitar su paulatino deterioro, calificándolo entonces como un «delicioso paraíso abandonado», con las dos terceras partes de sus casas cerradas y la mayoría de su población incrementando el censo, contra su voluntad, en extraños municipios de los alrededores de Barcelona o Palma de Mallorca. Tan sólo en una época del año, al final del verano, el pueblo recobraba su alegría perdida, su añorado ritmo de la vida cotidiana, con motivo de las fiestas patronales de San Miguel, que, como se decía en aquel artículo, eran en realidad una excusa para el regreso de las familias emigradas:
Fotografía incluida en 1975 en el artículo de IDEAL citado por E. Castro. Observar que está volteada horizontalmente, quizá como exponente del deterioro de Cástaras en aquellos años. (Pasando y manteniendo el cursor sobre la imagen se volteará para verla en su posición correcta) |
“Más que otra cosa, las fiestas de San Miguel suponen para Cástaras la celebración anual del rito de los saludos entre viejos amigos separados, una larga serie de conversaciones e historias contadas al compás de las explosiones de los cohetes y los acordes musicales de la verbena de la plaza principal. Durante dos días, las pocas tabernas que siguen funcionando en el pueblo, permanecen abiertas y rinden a un ritmo normal. Durante dos días, las calles de Cástaras se animan y adquieren también un aspecto normal. Durante dos días, en fin, el pueblo late con verdadera intensidad. Y todo se rubrica, naturalmente, con la celebración religiosa en honor del patrono, que es el principal y profundo motivo de la fiesta.
Después, con la llegada de octubre y el regreso de cada cual a su lugar de trabajo y residencia, Cástaras vuelve uno y otro año a quedarse silencioso y triste. Para los que se quedan es, entonces, el momento de los suspiros y las añoranzas”.
Por fortuna, las cosas parecen haber cambiado hoy lo suficiente como para no temer ya más por el futuro de la localidad, gracias sobre todo a una serie de mejoras en su infraestructura urbanística y en sus comunicaciones, que han acabado con su ancestral aislamiento, convirtiéndola de hecho en un sitio ciertamente ideal para unas vacaciones tranquilas y agradables. El problema, sin embargo, para quienes tengan tal propósito, es la falta de «posadas, fondas, ventas o pensiones» en el pueblo, lo que llevó hace unos años a los organizadores de las fiestas de San Miguel a advertir simpáticamente a los posibles visitantes que «una manta en el zurrón siempre será de gran utilidad para pasar la noche bajo las estrellas». No obstante, el refugio del ICONA (Instituto para la Conservación de la Naturaleza), situado a la entrada del pueblo, está habilitado para albergue, y existen algunas casas particulares que alquilan habitaciones. Cuando probablemente no tendremos problemas es a la hora del condumio, pues son dos los bares que sirven comidas y vino de la tierra: «Cecilio», a espaldas de la iglesia, en el camino de Nieles, y «La Columna», junto a la plaza de la Fuente de los Caños.
En los últimos años, las fiestas de San Miguel se han trasladado a mediados del mes de agosto, alrededor del día 15, con objeto de aprovechar la presencia en el pueblo por vacaciones de los numerosos castareños que viven fuera. Como curiosidad del programa festivo habría que destacar que la imagen patronal se saca a la calle en procesión dos días seguidos, acompañada en ambas ocasiones por la de San Antonio, pero alterando el segundo día el orden de ellas en el desfile. Otros acontecimientos interesantes del calendario festivo de la localidad son los chiscos de San Antón en enero, la romería del 13 de mayo, en honor de la Virgen de Fátima, y el día de Todos los Santos, que se celebra encendiendo una gran hoguera («chisco») para hacer en ella una mauraca o «tostonada» de castañas.
A los vecinos de Cástaras les gusta recordar a sus visitantes la bonita frase de «Vergel dormido entre piedra y agua» que figura en los archivos del Ayuntamiento como referencia a la localidad, una definición sin duda acertada y que remite a la dificultad de su territorio, la abundancia de sus aguas y la frondosidad de su vegetación. Una excursión interesante para confirmar cuanto decimos, aunque haya que realizarla a pie, es la que lleva desde el pueblo hasta los cercanos y antiquísimos baños del Piojo, cuya visita siempre merece la pena, a pesar de que en la actualidad se encuentran abandonados. Por su parte, quienes no visitaran el anejo de Nieles a su paso por Juviles, durante la ruta anterior, ahora tienen una nueva oportunidad de hacerlo desde Cástaras, pues recientemente han asfaltado el antiguo camino que unía ambos pueblos, por lo que ya se puede ir del uno al otro en automóvil, aunque hay un estrechamiento a la entrada misma del pueblo por el que no caben vehículos grandes, como furgonetas anchas o camionetas».
Este es el artículo al que se hace referencia en el texto precedente (si pulsa puede consultar una copia incluida en la página de la Asociación Cultural de Cástaras y Nieles):
67. E. CASTRO: Cástaras, un pueblo alpujarreño que no quiere morir («Ideal», Granada, 26 de octubre de 1975).
Copyright © Jorge García, para Recuerdos de Cástaras (www.castaras.net), y de sus autores o propietarios para los materiales cedidos. |
Fecha de publicación: |
27-7-2007 |
Última revisión: |
27-04-2023 |