El siguiente artículo, con el que se pretende dar a conocer y difundir la única biografía de Jean-Christian Spahni escrita hasta el momento, es una traducción, con pequeñas adiciones, del capítulo titulado «Vers une approche biographique», extraído de la memoria de magíster de la arqueóloga chilena Gloria Andrea Cabello Baettig, Du chili au Musée d’Ethnographie de Genève, L’histoire de vie de la collection précolombienne de Jean-Christian Spahni, redactada en 2007 bajo la dirección del profesor Mauro Natale en la Universidad de Ginebra y accesible en esta web.
Agradecemos a la doctora Cabello la gentileza que ha tenido cediendo su trabajo para publicarlo en Recuerdos de Cástaras, revisando la traducción y colaborando en la preparación de estas páginas de homenaje al etnólogo suizo.
Jean-Christian Spahni en las excavaciones de Píñar
(Foto: Radio Voz, Granada, ca. 1955. Departamento iconográfico de la Biblioteca de Ginebra. Publicada en Totem, n.º 50, mayo-agosto 2008).
Gloria Andrea Cabello Baettig
Traducción del francés y adiciones, Jorge García García
Jean-Christian Spahni nació en Ginebra el 7 de noviembre de 1923. Tras seguir cursos superiores de capacitación comercial y desempeñar un primer empleo vinculado a las relaciones internacionales,[1] su carrera profesional derivó hacia la vertiente científica. Entre 1943 y 1952, Spahni trabajó de asistente en los institutos de Fisiología y Biología Lacustre de la Universidad de Ginebra; en el Museo de Paleontología de la Universidad de Lausana y en el Museo e Instituto de Etnografía de Ginebra.
Al parecer, esta última colaboración, desarrollada bajo la dirección del prestigioso antropólogo ginebrino Eugène Pittard, lo acercó a la Arqueología, orientándolo en principio hacia la prehistoria de la región. Entre 1948 y 1952, estudió los monumentos megalíticos de Suiza y excavó substratos musterienses de la Alta Saboya, así como yacimientos de la Edad del Bronce ubicados en la base del monte Salève por su lado francés. Los resultados de estas investigaciones se publicaron en revistas especializadas y en un primer libro.
El hallazgo de restos de fauna extinguida en las excavaciones realizadas despertó su interés por la paleontología, lo que determinaría su primera salida fuera de Suiza. En los años 1952 y 1953, Spahni realizó investigaciones en prácticas en el Instituto de Paleontología de la Universidad de Viena y en el Departamento de Geología del Museo Británico de Londres. Los resultados de estos trabajos se publicaron en los boletines de varias sociedades científicas de Francia y de Suiza.
Pronto dejó definitivamente Suiza para establecerse en España, donde permaneció desde 1954 hasta 1959 centrando su interés en la prehistoria y etnografía locales. Durante este periodo realizó excavaciones, estudió el arte rupestre y publicó varios trabajos sobre tradiciones de la provincia de Granada, actuando como colaborador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Sus estudios se publicaron en revistas especializadas, sobre todo francesas, y tanto la prensa local de Granada como algunos periódicos de tirada nacional dieron cuenta de estas actividades y descubrimientos.
Las grabaciones de música popular de Andalucía llevadas a cabo en aquellos años, le valieron a Spahni para recibir en 1961 el primer Premio Internacional del Disco de la Academia Charles Cros de París. Por otra parte, sus primeras aportaciones al Museo de Etnografía de Ginebra eran parte de los estudios sobre cerámica popular de Granada y Almería llevados a cabo durante su estancia en la región. Según consta en el currículum vítae de Spahni, estas aportaciones se habrían expuesto «con procesos de fabricación y documentos fotográficos» en febrero de 1957.[2] La prensa local de Granada dio cuenta tanto de los trabajos y exposiciones, como de las grabaciones realizadas por Spahni en pueblos de La Alpujarra y emitidas por Radio Ginebra.
Ante tal éxito aparente, resulta difícil explicar las razones por las que Spahni dejó España para ir a Sudamérica. La prensa ginebrina de la época, que había comenzado a interesarse por los «descubrimientos» del etnólogo, anunció el viaje en perspectiva como una aventura que duraría un año y que llevaría al antropólogo de Brasil a Argentina, para estudiar «bajo todos sus aspectos, diversas regiones poco o mal conocidas de este semicontinente», terminando en Chile, donde permanecería ocho meses en el desierto de Atacama.[3]
De estas noticias se desprende que la región desértica del norte de Chile había atraído a Spahni desde el comienzo de su periplo. Se puede suponer que tal atracción estaría inspirada en los trabajos del naturalista suizo Johann Jakob von Tschudi (1818-1889), que cruzó el desierto de Atacama y describió vida, costumbres e idioma de sus habitantes durante el segundo viaje que hizo a tierras sudamericanas.
Cierto romanticismo acompañó, en efecto, las numerosas y prolongadas estancias de Spahni en países de Latinoamérica, teniendo por guía en los primeros años el doble interés por la arqueología y la etnografía que había desarrollado en España.
Jean-Christian Spahni llegó a Chile en 1960. De inmediato se reunió con Grete Mostny, arqueóloga austriaca, por entonces directora del Museo Nacional de Historia Natural de Chile (MNHN),[4] que le ofreció como campo de estudio el desierto de Atacama, recomendándolo al director de la sede de Antofagasta de la Universidad de Chile, quien le encomendó la tarea de establecer un museo en la región, convirtiéndose así en fundador y primer director del Museo Arqueológico de Calama (MAC). Por problemas surgidos en la relación con la señora Mostny, Spahni tan sólo ejerció un año el cargo, siendo sustituido, tras su cese, por el arqueólogo chileno Lautaro Núñez en 1962.
Las investigaciones llevadas a cabo por Spahni en el desierto de Atacama, durante los tres años que se prolongó su estancia en Chile, incluyeron la excavación arqueológica de al menos doce cementerios (alrededor de 362 fosas que contenían más de 500 cadáveres); la etnografía de la producción de cerámica y de la cría de llamas por los indígenas del desierto; e informes sobre el arte rupestre del río Loa. Trabajos difundidos por medio de artículos aparecidos regularmente, tanto en el Bulletin de la Société Suisse des Américanistes como en la primera página de La Tribune de Genève.
En 1964 Spahni se trasladó a Perú donde realizó sus últimas investigaciones arqueológicas, optando a partir de entonces por la etnografía. Comenzó enseguida su «Itinéraire sudaméricain» que dio título a un libro publicado en 1968, donde analiza la situación política y social de Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia. La Academia Francesa lo premió en 1971 por el conjunto de su obra.
Los libros que publicó entre 1971 y 1981 difieren radicalmente de los anteriores. Son escritos destinados al público en general, ilustrados con excelentes fotografías (algunas tomadas por él mismo), que obedecen todos a las mismas fórmulas de valoración: la seducción por la geografía local; la grandeza de los pueblos precolombinos; las atrocidades cometidas por los colonizadores; y el difícil pero gratificante modo de vida de las tribus indígenas contemporáneas, y así para todas las regiones de América Latina: Centroamérica, Tierra del Fuego, Islas del Caribe, etc. Apoyándose en el relato de sus experiencias personales, expuestas con espíritu crítico y romántico a la vez, Jean-Christian Spahni pretendió modificar con sus obras de difusión masiva, como por ejemplo las de Ediciones Silva, la visión de los amerindios que tenía el europeo medio. Uno de estos libros, Les Indiens des Andes (1974) recibió el premio Alpes-Jura.
A partir de 1981 Spahni estuvo viviendo algún tiempo con los mayas de América Central, experiencia que le proporcionó materiales para su penúltimo libro Le défi indien, una historia de los pueblos maya e inca, publicada en 1992.
Con sesenta y tres años, tras pasar más de veinte estudiando y conviviendo con sus «amigos» los indígenas americanos, la curiosidad del científico por el ser humano sin adulterar por los avances tecnológicos seguía viva, y le quedaban ganas de emprender viajes a países del Lejano Oriente, para conocer y estudiar a los nativos de aquellas latitudes. Tras un largo y vasto recorrido que abarcó desde las altas mesetas del Himalaya hasta las selvas tropicales de Indochina y Malasia, Spahni enfocó su atención en países de tradición budista como Nepal, pero teniendo por objetivo, para un futuro cercano, a China, donde esperaba poner punto final a su carrera científica divulgativa.
En los viajes por el continente asiático se fundamenta La route des épices, un ensayo de doscientas páginas, publicado en 1991 con abundantes fotografías de Maximilien Bruggmann, fotógrafo que proporcionó excelentes imágenes para muchos de sus libros.
El 26 de octubre de 1992, mientras permanecía en su casa de Ginebra, un cáncer sin diagnosticar truncó todos los proyectos e ilusiones de Spahni, poniendo repentino punto final a su fecunda existencia unos días antes de que cumpliera 69 años.
Este recorrido biográfico nos muestra a un personaje cuyos rasgos encajan bien con el perfil de los primeros «etnólogos» ginebrinos (Henri-Alexandre Junod, 1863-1934, por ejemplo). Estos pioneros, a lo largo del siglo XIX, se dejaron guiar por su entusiasmo viajero y espíritu aventurero, desplazándose a tierras lejanas, incógnitas y misteriosas, para «descubrir» las cualidades de los pueblos indígenas que las habitaban, y al mismo tiempo desvelar los desastres consumados por los colonizadores.
Toda la carrera profesional de este personaje polifacético, oscila entre la exigencia y el rigor científicos por un lado, y el compromiso puramente personal por otro. En su trayectoria se puede distinguir un primer periodo, relacionado con la arqueología, apoyado por instituciones europeas y marcado por actividades de excavación, tanto en Europa como en América del Sur, que dio lugar a diversas publicaciones en revistas especializadas. Luego, mientras ejercitaba la etnología en Iberoamérica, Spahni sintió más atracción por el campo de las relaciones humanas, nuevo enfoque que caracteriza el segundo periodo de su carrera, donde lo vemos entregado a difundir información sobre la vida de «sus indios», llegando a proclamarse su defensor. Tal tendencia aparece clara en los libros que publicó, traducidos a varios idiomas y perfectamente ilustrados, y se percibe igualmente en artículos de prensa, programas de radio, y en algunos documentales de la Televisión Suisse Romande (TSR).
Cabe señalar que Jean-Christian Spahni siempre se mantuvo al margen de la Academia Suiza, circunstancia que sin duda influyó en el rumbo de su carrera. Probablemente sufrió discriminación por ser autodidacta y carecer de formación universitaria, y también, pudiera ser, a causa de su condición homosexual.
Según José Marín, coautor del libro póstumo América del Sur (1994), única persona que accedió a hablarnos sobre él, Spahni habría sido relegado por la sinceridad de sus opiniones, expresadas siempre con franqueza y sin rodeos, distanciándose así del estilo «aséptico» característico de la comunidad científica.
En diferentes entrevistas de prensa, Jean-Christian Spahni se quejaba de algunos antropólogos que, tras viajar y permanecer poco tiempo en el terreno, de vuelta a casa redactaban trabajos académicos, a veces llenos de imprecisiones, con el único fin de servir a la ambición personal de sus autores. Él, por el contrario, quiso compartir la vida de los indígenas y escribió o habló para llegar al gran público e influir en sus opiniones.[5]
Por tanto, creemos que Spahni vivió en la práctica su concepto de la etnología. La calidad de su trabajo etnográfico es indiscutible; sus descripciones de la vida y costumbres de los indígenas sudamericanos son tan detalladas como fieles; la utilidad de la amplia difusión que alcanzaron sus trabajos está fuera de toda duda; sin embargo, es necesario mostrar cierta incomodidad por su convicción permanente en la superioridad del hombre occidental. Manifiesta, en efecto, que los amerindios podrían haberse desarrollado sin la presencia de los españoles. Al mismo tiempo, siente nostalgia típicamente roussoniana por el «buen salvaje» viviendo en armonía y solidaridad, sin dudar en calificarlo de «primitivo».
Es interesante señalar que Spahni, aunque aislado del mundo académico, no pudo evitar reproducir el lenguaje discriminatorio de su tiempo, dominado por la ideología del progreso. Nos enfrentamos a una mezcla sui géneris de evolucionismo y romanticismo. Un perfil comparable con el que Miguel Rojas Mix atribuye al personaje Corto Maltese de la obra América imaginaria: el héroe anarquista que establece el diálogo cultural más abierto con «el Otro».
[1] La información sobre la carrera profesional de Jean-Christian Spahni procede del currículum vítae proporcionado por Fonds National Suisse de la Recherche Scientifique (FNRS) y por el Musée d'ethnographie de la Ville de Genève (MEG).
[2] Exposición de alfarería rústica tradicional, sobre la que Spahni dio la conferencia Quelques aspects de l’artisanat espagnol (Province de Grenade) y publicó el artículo: Quelques aspects de la céramique populaire dans les provinces de Grenade et d’Almeria (Espagne), en el Bulletin annuel du Musée et Institut d'Ethnographie, Genève 1958. No 1.
[3] La Tribune de Genève, jueves 21 de julio de 1960.
[4] Es importante señalar que la arqueología chilena nació gracias a contribuciones de arqueólogos extranjeros. Llegados en el siglo XIX, empezaron a formar a jóvenes chilenos a partir de 1920. En los años 60, una iniciativa conjunta propició la fundación de la Sociedad Chilena de Arqueología (SCHA), la consolidación de los museos del país y la publicación de las primeras revistas locales especializadas. Diez años más tarde, comenzó la formación de profesionales de la arqueología en la Universidad de Chile y, por primera vez, se promulgaron leyes de protección del patrimonio nacional.
[5] Véase por ejemplo en La Tribune de Genève del 4 de mayo de 1966 el artículo «Le rôle de l’Ethnographie».
CABELLO, Gloria (2007): «Vers une approche biographique». Du chili au Musée d’Ethnographie de Genève, L’histoire de vie de la collection précolombienne de Jean-Christian SPAHNI. Memoria para optar al grado de Master en Museología y Conservación del Patrimonio de las Universidades de Ginebra y Lausana, Suiza, pp. 15-17. Traducción y adiciones de Jorge García para Recuerdos de Cástaras (www.castaras.net), por cortesía y con permiso de la autora.
Copyright © Jorge García, para Recuerdos de Cástaras (www.castaras.net), y de sus autores o propietarios para los materiales cedidos. |
Fecha de publicación: |
10-10-2010 |
Última revisión: |
8-02-2023 |