Integrada en la colección «Las mejores excursiones por...» con el número 42 y el subtítulo «24 itinerarios a pie repartidos por las provincias de Granada y Almería», se publicó en 2008 esta nueva guía de La Alpujarra redactada por Carlos Fernández Calvo, que la dedica a sus hijos Lucas y Jimena.
La contracubierta del libro, donde se lee: «El viaje por Las Alpujarra es una delicia y no merece prisas. Sus pueblos, sus tradiciones, su arquitectura, sus gentes... pero sobre todo el marco natural y privilegiado del entorno, atrapan la atención del senderista colmándolo de satisfacciones», denota que el autor admira La Alpujarra, mientras que el título de la obra, Las Alpujarras, en plural, delata que no es alpujarreño.
Antes de acometer las veinticuatro rutas incluidas en la guía, Fernández Calvo hace una introducción para continuar en las páginas siguientes describiendo el medio físico, la vegetación, flora y fauna de la región, y en el capítulo siguiente la relación entre el hombre y la tierra alpujarreños, repasando los pueblos ―algunos pueblos― de la comarca, y finalizando este preámbulo con un capítulo dedicado al estatus de protección de la zona.
A pesar del título, que abarca toda la comarca, la obra está especialmente dedicada a la ladera meridional de Sierra Nevada, con varias referencias a pueblos de su vertiente norte e incluso de comarcas limítrofes que no son alpujarreños. Sin embargo, la Contraviesa, integrada en La Alpujarra desde los más remotos tiempos, es la gran olvidada en el texto y en las fotos.
Cástaras sólo ha merecido tres breves alusiones en la guía, las tres en relación con su pasada condición minera. En la página 63, dentro del capítulo dedicado al hombre y Las Alpujarras puede leerse: «Durante los siglos XVIII y XIX sólo la minería resultó ser una actividad generadora de beneficios, destacando explotaciones de zinc en el pico Almirez y las de hierro en Cástaras», información carente de rigor en lo concerniente a Cástaras, pues no se conocen minas de hierro en el municipio (las del Conjuro son de Busquístar) y están bien documentadas, para ambos siglos, fuentes de riqueza agrícola y vinícola, y siendo solo a finales del XIX cuando surge la riqueza minera de Cástaras con la explotación de mineral de mercurio.
En la página 71 se vuelve con la minería: «Más abajo [de Juviles] se sitúa la pequeña aldea de Nieles, perteneciente al vecino municipio de Cástaras y en cuyo entorno se encuentran los restos de explotaciones mineras». Parece referirse el autor, aunque no las cita expresamente, a las minas de cinabrio de Mansilla y de los Prados.
Por último, al menos nosotros no hemos visto más menciones, en la página 76 leemos: «Y más abajo los desvíos de Notáez, famoso por sus dulces, Almegíjar y la subida hacia Cástaras y sus vecinas Minas del Conjuro».
Por supuesto no hay en toda la guía fotografías de Cástaras. La más cercana es una impresionante fotografía de Tímar insertada en la página 123, dentro de la ruta nº 7, Lomas de Fuentefría, que trataremos de digitalizar para ofrecerla aquí.
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Fecha de publicación: |
27-7-2007 |
Última revisión: |
28-04-2023 |